Revista Patrimonio Cultural N° 52

Los seres humanos somos en el lenguaje. Ancestralmente nos ha permitido poner nombre a las cosas y construir un particular vínculo con la naturaleza y otros seres humanos, explica la editorial de este número dedicado al lenguaje, palabras y otros signos.

El biólogo Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias 1994, y experto en el tema tras 40 años trabajando en este ámbito, en entrevista, argumenta que el foco central del lenguaje no está en su función como instrumento de comunicación sino que en el fluir de coordinaciones en sentires, emociones y haceres que vivimos, y que en definitiva, crean los mundos que habitamos. Alfredo Matus, director de la Academia Chilena de la Lengua se refiere a la lengua española, condominio de 500 millones de habitantes, y a su importante dimensión educativa y económica. Cada lengua de la humanidad atestigua una expresión identitaria y su arraigo. En este mundo hiperconectado, en el que participamos de manera activa y cotidiana en este ecosistema conversacional ¿cómo nos haremos entender? Enzo Abbagliatti, experto en la materia, responde, en el artículo "El mundo ocurre antes en Twitter". El lenguaje es un espejo del tiempo, señala Héctor Veliz-Meza en un artículo en que se refiere a cómo el lenguaje cambia de manera continua y por eso es espejo del tiempo en que nace y se desarrolla: ingenioso y ocurrente cuando la imaginación y la libertad lo permiten, empobrecido en los períodos de oscuridad espiritual en los que la lucidez se aletarga.

En el mundo se hablan más de 6.000 lenguas, algunas en peligro de extinción. El hecho que una desaparezca no es fenómeno nuevo, aún cuando ello signifique la desaparición de todo un universo de ideas y visiones del mundo irrecuperable. El etnolinguista Oscar Aguilera Faúndez lo explica en el artículo ¿Lenguas ricas y lenguas pobres?