Publicado en 19 de enero de 2017

La cerámica ocupaba un lugar fundamental en la sociedad diaguita preincaica. Su organización social y cosmovisión se expresaron en las formas y decoraciones de sus vasijas. Por este motivo, durante la conquista en el siglo XV, los incas utilizaron la alfarería como soporte para transmitir las ideas vinculadas al imperio e incorporaron patrones decorativos que aludían a las divisiones opuestas y complementarias, fundamentales para la ordenación social del Tawantisuyo, como lo femenino y lo masculino, el cielo y la tierra, y lo alto y lo bajo.

Los nuevos diseños también incorporaron figuras antropomorfas con deformación craneana y bandas con hileras de rombos estandarizadas en los tradicionales platos, escudillas de paredes altas, jarros zapato, mini ollas y pucos, que antes eran decorados principalmente con motivos zoomorfos y de doble zigzag. De este modo, los patrones estéticos diaguitas se enriquecieron gracias a la coexistencia de los motivos locales e incaicos.

Vea también: "Cerámica Diaguita: diseños y figuras de influencia Inca"

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