Publicado en 15 de febrero de 2018

Un abuelo relojero y una casa de los años 30 cerca del barrio Concha y Toro, muy llena de antigüedades y de relojes de todo tipo, sirven para graficar -en parte- lo que significa la fascinación por los cristales

Piezas únicas que, de a poco, Manuel Alvarado, Licenciado en Historia y en Estética de la Universidad Católica, aprendió a descubrir, pero que ahora vuelve a verlas de cerca en su calidad de curador invitado del Museo de Artes Decorativas, entidad que por estos días exhibe la muestra “Relieve y transparencia: 100 años del vidrio”

Se trata de un recorrido compuesto por cerca de 40 piezas vinculadas a la época victoriana, al Art Nouveau y al Art Decó. Una ocasión para ver objetos lindos, argumenta Manuel, aunque también añade que es una invitación para aprender y reflexionar en torno a la idea de cómo a lo largo del tiempo, nos hemos ido “apropiando” de los objetos extranjeros.

 “Cuando armamos el discurso de esta exposición, fue a partir de la noción de que estas piezas, a pesar de haber sido hechas en Europa, hablan del modo en que la oligarquía chilena se apropió de estos objetos producidos a miles de kilómetros de distancia y las incorporó en su interior doméstico. Desde la segunda mitad del siglo XIX, Chile empezó a abandonar su impronta colonial y adoptó modas de Francia; quería transformar la ciudad en una copia de París; por eso las familias viajaban a Europa y traían objetos desde allá”.

¿Qué elementos de esos pueden verse en esta exposición?

La idea era mostrar piezas que usualmente no están en la exhibición permanente. Definimos criterios estilísticos-temporales, agrupándolas en tres momentos del vidrio: los de la época victoriana, es decir, de la segunda mitad del siglo XIX; los Art Nouveau, de la última década del siglo XIX y hasta la primera Guerra Mundial y después, los Art Decó, que van desde 1920 hasta 1938, aproximadamente. 

¿Cuál dirías que es la relevancia de esta muestra?

Sirve para repensar nuestra relación con los objetos y con la cultura material, con lo propio, con los nuevos usos, porque este gesto de apropiación no es solo hacer el copy-paste, sino también implica insertarlos dentro de un contexto ajeno al espacio y tiempo donde se crearon.

¿Cómo se repensaron los cristales en Chile?

En Chile, hubo fábricas de cristales, como la de Yungay, desde la década del 20 hasta fines de los 80. Producían cristal soplado, para hacer copas y otros artículos decorativos. Totalmente inspirados en Europa. Muchos de sus artesanos iban a estudiar a la isla de Murano, en Italia, para perfeccionar la técnica de soplado y estaban muy pendientes de los diseños también.

Niveles de belleza

Los cristales son parte del trabajo actual de Manuel Alvarado, pero también son parte de su vida. Desde muy chico, afirma, le gustaba ir a las ferias de las pulgas y a los anticuarios.

“Me crié con mis padres y mis abuelos maternos. Mi abuelo aprendió de su padre el oficio de relojero, ahora tiene 88 años y sigue trabajando. En mi casa era común encontrarme con relojes de campana, mecánicos, muy antiguos, que los llevaban de municipalidades y de los conventos para que los arreglaran. Vivía en el centro de Santiago, en una casa de los años 30 cerca del barrio Concha y Toro”. 

“Siempre estuve vinculado con la historia, con los objetos antiguos. Por eso me gustan las antigüedades. A los 12 años iba a los anticuarios y de a poco se dio la posibilidad de adquirir cosas, así es que empecé a armar mi propia colección; objetos pequeños, de uso personal, como cigarreras, boquillas, binoculares para la ópera. Me gustan las porcelanas, aunque también tengo cristales, como polveras y joyeros de origen checo y veneciano”.

Tienes tu propio tesoro.

Sí, son piezas muy lindas. Las tengo todas en el living de mi casa, cerca de la chimenea. El espacio de esa casa antigua se presta para todos estos adornos.

¿Cómo te “apropias” de los cristales?

Uy. Me interesan a nivel estético, artístico, pero después entra la dinámica más profesional y juegan consideraciones vinculadas a la historia, fabricación, circulación; otros niveles de lectura que van más allá de que lo encuentre bonito.

¿Qué te pasa cuando estás frente a un cristal?

Depende de varios factores, incluso de dónde lo encuentre. No es lo mismo ver un cristal bonito en un anticuario que encontrarlo en el Persa Biobío.

¿Qué diferencia hay?

El anticuario sabe lo que tiene y lo despliega de forma especial, los factores están controlados; en el Persa todo te sorprende porque las piezas figuran en medios de cachureos.

Háblame, por favor, de un tesoro de cristal que hayas encontrado en el Persa.

Fue hace un par de meses. En un puesto del Persa, entre medio de una vitrina que tenía muchas cosas que no me merecieron ningún interés, encontré una polvera de fines del siglo XIX, de vidrio esmaltado, con flores pintadas, decoraciones con hoja de oro y el cierre de la caja hecho con bronce con amalgama de oro. Estaba intacta. Cuando la encontré, me fijé que todavía tenía restos de polvo. La vi y fue una emoción incontenible. Fue un hallazgo.

Esmaltados y dorados

La exposición, que estará abierta al público hasta el mes de octubre, exhibe piezas de vidrio recientemente adquiridas por el Museo de Artes Decorativas, aunque también hay algunas provenientes de las donaciones de dos coleccionistas (Hernán Garcés Silva y Carlos Montebruno). 

Destacan técnicas decorativas como esmaltados, dorados, tallado y grabado, además de las técnicas de fabricación, como la tradicional del vidrio soplado o la del cristal “doblado” (se cubre un vidrio de un color con una capa de otro color para después tallarlo). 

Entre los estilos, se distinguen: el eclecticismo victoriano, llamado así porque el siglo XIX está marcado en Europa por la presencia de la reina Victoria, una época donde más que inventar, se “reciclan” estéticas y estilos pasados; Art Nouveau, surgido a fines del siglo XIX, aparecen las plantas y flores como elemento principal de las decoraciones; así como insectos, muchas mariposas, libélulas, lirios y calas; y el Art Decó, reconocido como el último gran movimiento de las artes decorativas, surgido después de la primera Guerra Mundial, donde el diseño de los cristales se vuelve más simple y su producción, sin dejar de ser totalmente artesanal, empieza a industrializarse.

Más de 40 piezas dan forma a la muestra "Relieve y transparencia: 100 años del vidrio" del Museo de Artes Decorativas.

Más de 40 piezas dan forma a la muestra "Relieve y transparencia: 100 años del vidrio" del Museo de Artes Decorativas.

Piche. München, Alemania siglo XIX. Cristal tallado, grabado y esmaltado con tapa de plata repujada y placa de porcelana esmaltada.

Piche. München, Alemania siglo XIX. Cristal tallado, grabado y esmaltado con tapa de plata repujada y placa de porcelana esmaltada.

Centro de mesa. Europa 1900. Vidirio iridiscente soplado con bronce dorado.

Centro de mesa. Europa 1900. Vidirio iridiscente soplado con bronce dorado.

Cenicero. Frantisek Pazourek, república Checa 1925. Vidrio prensado.

Cenicero. Frantisek Pazourek, república Checa 1925. Vidrio prensado.

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