Publicado en 20 de junio de 2018

Antes de marzo de 1985, la Sala Medina lució un vitral -en la lucarna- que se componía de 126 paneles. Hay pocos testimonios de este y solo se ha encontrado una foto en blanco y negro -en Memoria Chilena-, imagen que solo deja ver un segmento. 

El trabajo entonces más que de restauración es de arqueología. ¿Cómo comenzar? ¿Por dónde?

La historia comienza gracias al encuentro de Antonieta Palma, jefa del Laboratorio de Conservación y Restauración de la Biblioteca Nacional (BN), y de Fernando Gutiérrez, arquitecto de la BN, con los profesionales del Centro Latinoamericano del Vitral (CLAV), luego de una mesa de trabajo que la fundación dedicada al estudio y protección de vitrales en América del Sur realizara en 2017.

En la ocasión, el Laboratorio de Conservación invitó al equipo directivo de CLAV a los lugares más significativos e importantes de la Biblioteca Nacional

Al visitar la Sala Medina, Mario Monsalve -encargado de la sala- mencionó la existencia de los restos de un vitral, despertando el interés de los profesionales, los que quisieron revisar inmediatamente lo que había. Andrea Araos, Carlos Molina y Diego Rodríguez, miembros de la fundación, manifestaron su sorpresa por semejante hallazgo.

“Cuando vimos la oportunidad de estudiar -y quizás recuperar- con un vitral tan importante desde el punto de vista histórico (muy probablemente es el primer vitral artístico fabricado en Chile), pensamos rápidamente en un plan de emergencia. Primero para detener su degradación y, segundo, porque sabíamos que lo que correspondía era un programa de conservación autorizados para poder restituirlo. Entonces dijimos: ¡vamos a hacer un seminario de formación, de introducción a la conservación de vitrales! Esto nos permitiría completar el estudio histórico, estilístico y técnico, generando además la transmisión de conocimientos, de manera de abordar en una segunda etapa la ejecución, la restitución de la obra”, comenta Andrea Araos, documentalista histórica y encargada de los criterios de conservación en el Laboratorio de Conservación de Vitrales: Espacio Transparente (ET), y parte del equipo que está a cargo del estudio patrocinado por CLAV.

En palabras de Diego Rodríguez, restaurador jefe de ET, el trabajo en estos momentos está en la etapa de descubrir qué es lo que hay y en qué condiciones está. “Estamos haciendo un estudio de los paneles, para que -a partir de esta información- podamos elaborar un programa de conservación y restauración para el vitral. La propuesta será presentada al Consejo de Monumentos Nacionales para su aprobación. Superada esta etapa, nuestra ambición es levantar los fondos para financiar la ejecución de las obras”, asegura.

Ya se han encontrado 80 de los 126 paneles, más de la mitad, por lo que es posible -dicen los expertos- llegar a una hipótesis para la reconstrucción del vitral.

“Recuperar el vitral de la Sala Medina contribuirá a recobrar su fisonomía original y es deseable que en las investigaciones que se están llevando a cabo se encuentren antecedentes de esta obra”, comenta Antonieta Palma.

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