Publicado en 01 de septiembre de 2016

Proyecto que nació bajo la iniciativa del investigador Roberto Osses se transformó en un libro, en una exposición y en la primera gran familia tipográfica elaborada para la Biblioteca Nacional, la que quedará liberada para uso gratuito a contar de agosto de 2017.

Para Osses, este proyecto se gestó desde su convicción de que el diseño debe contribuir al desarrollo cultural de una nación a partir de la materialización del patrimonio intangible.

"Siempre he pensado que es muy importante que toda institución refleje su identidad, su propia esencia, por lo que resulta extraño entonces que la Biblioteca Nacional utilice en sus publicaciones una tipografía común, porque con eso no está respondiendo a su propia esencia, está usando un elemento de representación que es ajeno, distante a su propia génesis", argumenta el especialista.

El proceso de creación partió en 2014, cuando Osses le solicitó a la Biblioteca Nacional su patrocinio para presentar este proyecto a los Fondos del Consejo de la Cultura.

Apenas obtuvo la aprobación, reunió un equipo de profesionales vinculados con el tema (Diego Aravena, César Araya, Patricio González y Pablo Marchant) y se presentó al Fondart. Obtuvo los fondos ese mismo año y comenzó la investigación del proyecto.

Indagó la historia de Chile, la historia de la Independencia y todos los contextos que dieran soporte a la fundación de la Biblioteca Nacional. Así surgieron algunos aspectos muy interesantes que finalmente sistematizó.

"Primero investigué el contexto histórico (la propia fundación de la Biblioteca Nacional), luego el político (la Independencia de Chile), después el cultural (el modelo norteamericano que era referencia para el Chile de ese momento), el ideológico (el movimiento de la Ilustración europea), y otros contextos vinculados a la estética como el Neoclasisismo que imperaba en esa época".

Del análisis de todos estos factores, más una investigación de la esencia de las características de la tipografía chilena, que si bien tenía un desarrollo incipiente en la época de la fundación de la Biblioteca Nacional, ya se podían apreciar algunas características identificadoras,precisa

Con ello inició un segundo proceso: el de crear la forma de las letras que representaran a todo este imaginario. Una vez que tuve el alfabeto completo, convoqué al equipo para ampliarlo, proyectarlo y comenzar a hacer todas las versiones necesarias.

Esta tipografía tiene 28 variantes, una opción con serif y otra "palo seco". Es una enorme familia tipográfica donde cada fuente contiene más de 700 glifos para que se pueda escribir en todas las lenguas de occidente, más de 200, porque contiene todos los caracteres acentuados que se necesitan.

El trabajo de investigación duró 6 meses, y el de diseño un año y medio aproximadamente. A fines de agosto de 2017, se lanzó un libro con esta investigación, se inauguró una exposición que incluyó entre otras cosas 27 láminas gigantes que mostraron la tipografía y a la fecha ya se ha editado al menos una publicación con esta tipografía.

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