Fotografías familiares en blanco y negro o a color, captadas entre los años 1890 y 1990, forman parte de esta iniciativa impulsada por el Museo Nacional de Bellas Artes.
Lavando en el jardín con mi prima Carolina. Puerto Montt, Región de Los Lagos, 1980. Fotografía compartida por Paulina Alvarado.
Desde 2007, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) realiza esta convocatoria que busca poner en valor las fotografías familiares, brindándoles un espacio para su exhibición y apreciación por parte de la comunidad, con el fin de preservar el patrimonio visual que hasta ahora solo era atesorado en la intimidad de los hogares.
Más de tres mil personas y sus familias ya han formado parte de esta iniciativa, encontrando en el Museo un espacio para compartir y disfrutar nuevamente esas imágenes tan valoradas.
Durante el mes de marzo de este año, el MNBA invitó a la comunidad a participar en la XI versión de Retratos de la Memoria, enviando sus fotografías familiares antiguas (tomadas entre 1890 y 1990) en formato digital, ya sean en blanco y negro o a color.
Entre las fotografías recibidas se realizó una selección de 200 imágenes, que forman parte de la exposición que se inauguró el 28 de mayo, Día del Patrimonio.
Imágenes de la familia reunida en la cocina, en el living o en el jardín; de niñas y niños jugando, ayudando en las tareas domésticas o incluso viendo televisión; vestidos para salir o simplemente en pijama.
No importa cómo, lo importante es que estas imágenes reflejan esos instantes cotidianos y de intimidad dentro del hogar, son momentos que pueblan los recuerdos de todos y que se ponen con común en un espacio tan relevante en el Museo Nacional de Bellas Artes.