Niño del Cerro el Plomo fue ofrendado en la ceremonia del Capacocha hace más de 500 años para pedir al sol por el bienestar del inca y el Tawantinsuyu.
En el marco de la construcción de un gran obra de infraestructura fue descubierto este sitio arqueológico cuyo acervo patrimonial nos acerca a las culturas precolombinas que habitaron en este territorio.